«¡ASESINA!
¡A LA CÁRCEL!
GENTUZA COMO TÚ NO QUEREMOS EN ESTA CIUDAD…»
GRITABAN DESDE LA PLAZA CENTRAL, MIENTRAS MÁS GENTE SE IBAN ACERCANDO AL GRITERÍO DE LA PLAZA.
«¿QUÉ HA PASADO?» PREGUNTABAN LOS RECIÉN LLEGADOS, NUEVOS EN LA ESCENA.
«CÁLLENSE, CÁLLENSE» GRITABA EL ALCALDE DESDE LA TARIMA, SINTIÉNDOSE MÁS IMPORTANTE POR LA ALTURA QUE LE SEPARABA DE LA GENTE DEL PUEBLO. «SE LA JUZGARÁ POR SU ACTO. PERO, DEJEMOS QUE NOS DÉ SU EXPLICACIÓN ANTES DE TOMAR UNA DECISIÓN»
EL ALCALDE SE DIRIGE A LA FIGURA, QUE HABÍA TOMADO EL CENTRO DE TODAS LAS ATENCIONES.
«MISS CURIOSIDAD, ¿TIENE ALGO QUE DECIR FRENTE A SU POSICIÓN? SE LE ACUSA Y SE LE RECRIMINA EL ASESINATO A SANGRE FRÍA DEL GATO DEL PUEBLO… UN ACTO IMPERDONABLE Y ATROZ QUE MERECERÁ UN CASTIGO. ¿ALGO QUE OBJETOAR?»
FUE ENTONCES QUE LA CURIOSIDAD, ANTES SIEMPRE DESPIERTA Y VIVAZ POR LO QUE OCURRÍA A SU ALREDEDOR, NO ATREVIÓ A LEVANTAR LA MIRADA…
POR VEZ PRIMERA, LA CURIOSODAD QUE MATÓ EL GATO, NO TENÍA CURIOSIDAD POR SABER CUÁL ERA SU DESTINO.
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